martes, 7 de octubre de 2008

¿Izquierda o derecha ¿De qué lado está el chavismo?

¿Cuál izquierda? ¿Qué derecha endógena?
Sí, es tema que puede confundir a muchos. Uno supone que el chavismo es una expresión de la izquierda y que el enemigo está ubicado a la derecha. Pero Chávez a veces ataca a una cosa llamada ultraizquierda y a muchos les preocupa un asunto llamado “derecha endógena”. Pero el Presidente nunca o casi nunca llama al enemigo “la derecha” sino “el imperialismo”, y nunca o casi nunca se llama “izquierdista” sino socialista o revolucionario, y muchas veces “bolivariano”. ¡Qué rollo!
El primer paso para salir del enredo es entender de dónde viene eso de “izquierda” y “derecha” en política. Allá por 1789, en los inicios de la Revolución Francesa, había una Asamblea de la Convención (algo así como la Asamblea Nacional de ahora, pero con revolucionarios de verdad), que se reunía en un edificio parecido en cierta forma al palacio ese del centro de Caracas donde está el hemiciclo. Cada facción política de la Francia de entonces tenía su representación en esa Asamblea, y cada una, tal como ahora, ocupaba un lugar en ese hemiciclo. Sucede que había un grupo llamado Club de los Jacobinos, que contaba con 85 diputados de los 749 que componían la Asamblea y que ocupaban la parte más elevada de la tribuna izquierda de la Asamblea Nacional. Estos tipos eran los radicales, los comecandelas, cabezacalientes y alborotadores de entonces, así que cada vez que un bicho de esos pegaba un grito, los burgueses, acomodados y recatados decían: “Ya empezó la izquierda a joder”. Lo decían en francés, idioma en el cual la palabra “joder” suena bien bonito.
De modo que el concepto “izquierda” en política se asocia desde entonces con lo que representaban aquellos revoltosos: la voz de los pobres y desposeídos, los que luchaban y luchan por derechos, poder y justicia para el pueblo pobre. Y a la derecha, por supuesto, quedaban los ricos o jalabolas de los ricos (la palabra “jalabolas” también suena bello en francés), los moderados, los que prefieren que todo quede igualito como está, los que creen que si el mundo va mal con los adecos entonces uno vota por los copeyanos y ya.
La gente de izquierda es audaz, sensible, amante de la historia de los pueblos, enemiga de la opresión en todas sus formas; sabe lo que es la pobreza porque es o ha sido pobre y decidió luchar contra esa plaga, piensa que el mundo debe cambiar y empuja el carro en esa dirección.
La gente de derecha está conforme con el mundo porque se siente cómoda, cree que explotar a los pobres es un derecho de los ricos, que si en Haití no tienen pan pues que coman arepas, que su fortuna tiene su origen en el esfuerzo y el sudor de los de su clase, y no en la esclavitud y la humillación de las masas que le rodean. A la derecha siempre le convendrá que haya pobres, porque si no ¿quién le lavará la ropa, le manejará el carro, le podará el jardín y le construirá sus casas?
Parece suficiente con eso. Sólo queda sacar unas cuentas y ponerse serio: ¿quién se parece más a usted, Chávez o Marcel Granier? ¿Quién anda todo el tiempo llamando a los pobres a que se organicen? ¿En qué consiste el proyecto bolivariano, en darle poder a los ricos o en proponerle salidas a los pobres?Lo de la derecha endógena, la ultraizquierda y “quién está más a la izquierda de quién” lo dejamos para otro día. Porque aquí es cuando se empieza a enredar el papag

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